
La persona que se acomoda a la voluntad de Dios fructificará aún en la vejez.
¿Cuantos años viven las palmeras y los cedros? ¿Cuantos años los vió el poeta en los atrios del templo, cuantas veces los vio reverdecer. Quien ve la vida y construye un estilo de vida desde su espiritualidad, dice el proverbio – “reverdecerá como las ramas” Proverbios.11:28.
Qué implica en una mujer, que se ajusta a la voluntad de Dios, crecer, florecer, fructificar y envejecer? Cuando estuve estudiando en el Seminario, me detuve a observar una palmera; creo que tenía sus buenos años. Siempre me impresionaba ver que luego de ser cortada y aun derribada, siempre reverdecía. Al final la dejaron con toda su historia, con todos los recuerdos, con toda su sombra, con sus flores, con sus frutos. Ella se resistió a morir, pero al fin decidieron sacarla. Sin embargo quedaron los gratos recuerdos en mi mente de lo vigorosa y grandiosa que fue, como los vientos la arqueaban, pero ella se mantenía allí plantada, y no se caía.
En este salmo los árboles plantados en el atrio permanecen, aun envejecidos, peinando canas. Cumplen una misión con dos enfoques que se complementan: Anunciar que Dios es recto, justo, él es mi fortaleza, él es mi roca (v.15). El poeta salmista expresa esta profunda convicción y emoción ¡¡¡él es mi fortaleza!!!
¿Cuantos años viven las palmeras y los cedros? ¿Cuantos años los vió el poeta en los atrios del templo, cuantas veces los vio reverdecer. Quien ve la vida y construye un estilo de vida desde su espiritualidad, dice el proverbio – “reverdecerá como las ramas” Proverbios.11:28.
Qué implica en una mujer, que se ajusta a la voluntad de Dios, crecer, florecer, fructificar y envejecer? Cuando estuve estudiando en el Seminario, me detuve a observar una palmera; creo que tenía sus buenos años. Siempre me impresionaba ver que luego de ser cortada y aun derribada, siempre reverdecía. Al final la dejaron con toda su historia, con todos los recuerdos, con toda su sombra, con sus flores, con sus frutos. Ella se resistió a morir, pero al fin decidieron sacarla. Sin embargo quedaron los gratos recuerdos en mi mente de lo vigorosa y grandiosa que fue, como los vientos la arqueaban, pero ella se mantenía allí plantada, y no se caía.
En este salmo los árboles plantados en el atrio permanecen, aun envejecidos, peinando canas. Cumplen una misión con dos enfoques que se complementan: Anunciar que Dios es recto, justo, él es mi fortaleza, él es mi roca (v.15). El poeta salmista expresa esta profunda convicción y emoción ¡¡¡él es mi fortaleza!!!

No es una declaración académica, racionalizada, es una expresión de la vivencia cotidiana, vigorosa, permanentemente reverdecida, entre los achaques de la edad. Bien dice la Escritura “aunque nuestro ser exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueve cada día” (II Corintios 4:16) y sigue fructificando, por la obra del Espíritu santo, que se traduce en amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, y dominio propio (Gálatas 5:22). Con mucha razón Jesús dijo a sus discípulos el que permanece en mi y yo en él, este llevará muchos frutos, separados de mi nada pueden hacer. Juan 15:5

El apóstol Pablo nos recuerda que El justifica al que es de la fe en Jesús, él cambia esa mentalidad. Y esta es una gran verdad, porque en Jesús el mundo en que vivimos tiene sentido. Y aquellos que hemos decidido seguir al Maestro de Nazaret, sabemos que Dios en su justicia nos encamina a acomodar nuestra vida a su voluntad, nos ajusta a su proyecto liberador, de reunir todo en Cristo, ante quien ha de doblarse toda rodilla en el cielo y en la tierra, reconociéndole y confesándole como Señor para la gloria de Dios, el justo, el que justifica, el que redime, el que nos salva.
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